Las líneas del verso irrumpieron en la pantalla como luciérnagas enamoradas.
Asió el ratón y las acarició una a una.
Eran de amor.
Desde un lugar impreciso, unos dedos anónimos habían tecleado y enviado el mensaje al azar.
Ella solitaria ante sí misma no podía contener el alboroto que esas señales despertaban en su interior.
Cerró y se puso ante el espejo maquillándose pausada y detenidamente, mientras recordaba en cada gesto cada uno de esos versos.
El amor le había tomado al descuido.
No podía esperar.
Se vistió con medias suaves y con delicadeza las pasó por sus piernas.
El zapato fue elegido con sumo cuidado.
Lacó sus uñas de un rojo carmesí y recogió sus lacios y largos cabellos, pensando que él podría quitar uno a uno los adheridos hierros.
Le puso rostro.
Sería el primero que encontrara en su paseo a la orilla del mar.
Decidida tomó un taxi cuando se encontró en la calle ataviada con su mejor traje negro.
Cubierta con una capa que esperaba encima del sillón vacío la ocasión oportuna.
No sentiría el frío ni que por las calles no había nadie.
Era su día.
Llegó caldeada con sus pensamientos y tomo ruta bajo las palmeras que parecían ser su única compañía.
-Sabía que vendrías.
Decía alguien que se le acercaba por detrás.
-Seré tu amante en un solo día.
-Después olvidarás.
Unos abrazos, unos besos robados al aire.
Un alma alborotada.
Un mañana que no contaba.
Era y estaba.
Buscaron un rincón entre las rocas y allí mismo consumaron el deseo que no podía esperar.
Ni el frío ni la soledad tenían lugar.
Rosaura despertó tarde.
Era un día más.
Encendió su ordenador y preparó un café.
Vio en la pantalla un mensaje anónimo y sin pensarlo más, lo seleccionó y envió al limbo del spam.
Dejó abierto un canal de música y se puso a jugar al solitario que la tenía entretenida en horas muertas, mientras pensaba en lo inevitable y posible de su realidad.
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La vida es un sueño Anna, y el sueño es parte de la vida. Y este hermoso sueño lo has escrito con la calidad que se destaca en tus letras.
ResponderEliminarPero los sueños suelen hacerse realidad. A veces todo comienza soñando algo, y al fin el sueño se cumple en nuestra vida, sobre todo cuando lo perseguimos sin tregúa.
roberto a merlo
¡Gracias!
ResponderEliminarEres muy amable.
Un abrazo.