Febrero abrió las tumbas a mis muertos.
En este descuento, él se adueño de lo que más quería.
En otro tiempo, de abuelos maternos.
En estos días de mi madre y mi tía.
Hoy es a ellas a quien lloran mis ojos.
A mi madre en cualquier recodo del recuerdo.
A mi tía porque mañana será quien reciba sepultura.
Magro recuerdo me traerá Febrero.
El año bisiesto me deja sin consuelo.
Subiré su cuesta sin la sombra del abrazo de la madre.
Profundo silencio el de los rincones que eran maraña y enraizamiento en su casa.
Dispongo de sus cosas.
Las reparto como bien puedo.
Las ropas y zapatos que usó en un tiempo que se me antoja lejano.
El zarpazo del dolor en mi corazón, araña de vez en cuando.
Hoy siento el oscuro deseo de abreviar el tiempo para el encuentro con la parca.
No haré acción para ello, pero siento ahogo y pesar.
Nada vale.
Todo se va.
Tanto anhelo y al fin nada.
Eterno silencio.
Soledad.