5 may 2012

Sanguijuelas en nuestras carnes


Hemos llegado a una situación en que los que suelen santiguarse y darse golpes en el pecho, de pesame señor, son los que pasan por alto la inmoralidad de sus actos.
Gobiernan dando privilegios a sus propios sitios de negocio y beneficio.
El clero, los mandamases.
Cacicadas que ya se denunciaban en otros momentos de nuestra historia.
Ceguera de quienes confían en ellos, poniendo la zorra en el gallinero.
Campan por a sus anchas.
Pandilla de indeseables y sableadores.
No hay quien los aguante.
Me revuelven las tripas.
A punto de ponernos a cuadrar nuestros magros números para hacer la declaración de renta.
Hacienda somos todos, para darles nuestros sudores, nuestra sangre.
Sanguijuelas en nuestras carnes.
Al menos que tengan la decencia de poner a cada uno en su sitio y dejen de poner el cazo con la otra mano.

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Confieso que…

  Sé Que no eres mía Que no soy tuya Me valgo y basto Quiero Estar contigo Ser contigo Iluminas Sin ti  La tormenta se avecina