19 dic 2010
Ocultando la luz de la alegría de vivir
Tu desolación invade mi silencio con el empuje de una tormenta en el mar.
Asisto a serpenteantes esquirlas de tu paso por meandros espectrales.
No estás a mi alcance.
Sé de tu presencia sin nombre.
Me ahoga saber que mi mano toca el muro inalcanzable.
Nada es de balde.
Empática mente se acopla a cada uno de los especulares símbolos que dibujan ante mí macabras historias, ocultando la luz de la alegría de vivir.
Retomaría las ganas
Sacó a relucir aquellos malos momentos.
Ella callaba mientras la escuchaba.
Su mente buscaba palabras para desviar su atención.
No quería verla sufrir de nuevo.
Era un pasado siniestro el que se ponía ante ella, cuando empezaba a moverse por esas aguas turbulentas.
Sabía que vivía en la cuerda floja de una vida de la que no podía disponer.
Esperaba que se distrajera con otras cosas y dejara de macerar esa idea, pero no consiguió que así fuera.
Sacó a colación todos los momentos en que la vida le quebró.
Todos no.
Si así hubiera sido, el llanto no hubiera tardado en aflorar.
Suerte que la memoria difusa dejaba en el olvido temporal algunos de los que en otras ocasiones había sacado a relucir.
Había aprendido a callar y escuchar, cuando era inevitable que ella remontara sobre ese bucle que la obsesionaría durante horas.
Ese día la noche sería territorio de su mente.
No dormiría.
Buscaría respuestas que no hallaría.
Se sentía atrapada en su destino.
La libertad soñada era algo que no recuperaba.
Repasaría hasta quedar agotada.
Distraería en lo que pudiera, eludiendo enfrentar la oquedad de los días que se abrirían ante sí.
El cuerpo llamaría su atención con cansancio y dolor.
Posiblemente, olvidaría que había pasado horas en esa espiral, y retomaría las ganas tras ese sueño reparador que le devolvería a un estado de latencia y silencio que usaba como escudo ante su destrucción.
17 dic 2010
¿Cuándo vendrás?
Ecos
Susurros
Pasos quietos
Silencios huecos
Escollos
Cante al aire
Su alma se evade
Esperas
Herida
Llanto aquieta
Miradas perdidas
Éxodo
Refugio
Ráfagas de miedo
La noche ocupada
Llanto de un niño
Ubre seca
Tristeza que no se serena
Golpe seco que la cierra
Vaga en otra dimensión
Se le extraña
Cabe esperar reencuentro que no se dará
No hay paraíso para retornar
Dolor que no se puede aplacar
Sinsentido
Ahogo
Un lenitivo para la soledad
Contacto de mi mano a la tuya
Abrazo
Deseo olvidado
Palabras que buscan en este marasmo de nihilidad
La nada ocupa el ocaso
¿Cuándo vendrás?
15 dic 2010
Lecturas prestadas
Lecturas prestadas
Esperé hasta que me fue posible entrar en ese mundo que él recrea.
Una decisión clara y precisa.
No acumular más libros que no podré volver a visitar.
Hice un mundo empapelado con libros amontonados.
Murakami es el descubrimiento de hace unos años.
Dude a la hora de seguir en la decisión tomada.
Leería de prestado.
Haría uso de esos carnets de Biblioteca pública.
No podía seguir amontonando libros a los que no tendría oportunidad de volver.
Sería consecuente con mi propósito de no ser cómplice en la destrucción del planeta.
Si no consumía pieles, no se matarían animales a mi costa.
Si no consumía papel, no se talarían árboles a mi costa.
Si mantenía mis equipos más allá de su tiempo vital, evitaría...
Me desbordaba.
Había interiorizado actitudes y veía más.
Compré un libro de este autor.
De relatos.
En entrevistas que le hicieron manifestaba novelar tras el relato.
En ello quería profundizar.
Me quedé con el libro a medias.
Descubrí que una novela suya es un viaje adictivo.
No ocurría lo mismo con sus relatos.
Es posible que tras leer y conocer a escritores de la talla de Chejov, él no tuviera nada que hacer.
De sus novelas, me quedo con Kafka en la orilla.
Ha habido otras que no han entrado.
No soy murakamiana. Me gusta saber de que se habla y hacerlo de primera mano, recorriendo senderos literarios, poniendo mi pie en el barro.
13 dic 2010
¿Por qué escribo?
Lo hago para ponerme ante mí. Para recoger ese reguero del alma que se destila en cada uno mis intentos.
Uso estos muros de lamentos porque quiero mirarme de nuevo en ellos.
Son espejos en los que veo mi reflejo.
Los ventilo a la mirada otra, con descaro y osadía.
Me escondo.
Me meto dentro de mi concha.
Me sumerjo entre voces que aúnan la ola batiente.
Pongo oído atento a esta pantalla que tengo ante mí
La quietud no engaña
Se oxidó la mordaza.
Apelmazados pensamientos intentan sacarla.
No pueden.
Ni siquiera saben cómo.
El silencio se hizo dueño.
Ha pasado tanto tiempo.
Estuviste en ese hueco del alma.
Recorres los instantes del vacío.
Esperas el fin sin esperanza.
Te han herido.
Las lágrimas lavan.
No las contengas.
Dales alas.
Con ellas liberarás ataduras y soltarás amarras.
Te oprimía.
No dormías.
Necesitabas palabras.
Ellas no venían.
El día y la noche en continuo.
Se rompe el arco.
El sentido oblicuo antepone su mirada.
Buscas la calma.
La quietud no engaña.
12 dic 2010
Desamparados.
Nuestras acciones son insignificantes, pero necesarias.
Poner en solfa.
Acoplar la copla.
Salir ilesos.
Quedarse quietos.
Apuntan a dar.
Salvese quien pueda.
¿Dónde queda la solidaridad?
¿Respiro?
¿Estoy vivo?
¿Soy un ser vivo?
¿Por qué me escatiman el pan?
¿Por qué me ponen trabas?
¿Por qué no me dejan en paz?
Tengo el derecho de subsistencia, desde el momento que entro a formar parte de la vida.
¿Por qué el mundo calla y no mira?
¿Por qué?
Presto mi voz a ese ser humano que tuvo la desgracia de no tener a su lado lo básico, porque el mundo que nos rodea ha perdido su norte.
Excluidos.
Cada día son más.
Vinieron por...
Mañana vendrán por mí.
10 dic 2010
Tú sabrás
He salido de mi cascarón y he creído que el mundo se me echaba encima.
Me recojo nuevamente en él y asomo mi mirada para ver lo que ante mí se mueve.
Otro día lo volveré a intentar.
Mañana, quizás.
Entretanto, enciendo la pantalla y pongo orden a mis pasos.
Cierro ventanas de lo extraño.
Abro esperanzas a una mirada sana.
Limpio con perfumes las palabras.
Afilo las uñas para que las yemas de mis dedos pulsen teclas que acaricien tus oídos.
De timidez mi alma se empaña.
Saco gamuza y restriego con saña.
Sigue opaca.
No consigo sacarle las marcas de tus dedos.
Se empaña cuando lo intento.
Has vuelto a mandarme silencios.
Es cierto, mañana lo intento.
¿No lo crees?
Tú sabrás.
Me conoces más que yo.
Te adelantas a los pasos que ni siquiera sé que no sabré dar.
Antepongo la distancia para sentirme en equilibrio.
Respondo tras el velo que, aún siendo transparente, me da seguridad.
Son pálpitos que, en un código extraño, anuncian con trompetas los reniegos y desdichos que pujan por salir a la superficie de este mar.
Mar en calma.
Falsedad.
Todo bulle y da guerra.
Acotamos los límites que nos dan seguridad.
Otro mundo de lo extraño hace daño.
Lo miramos con la patina de lo otro que no nos va a tocar.
Cuando estamos, nos perdemos en ciénagas que no nos dejan ni pensar.
Venimos golpeando nuestro pecho por los malos argumentos que nos han hecho callar.
8 dic 2010
Nueva ruta para mis letras
Alimentaré este espacio con nuevas letras.
Necesito reinventarme de nuevo.
Uso los blogs para dejar en ellos mis textos y otras producciones creativas.
La imagen que encabeza éste es un fractal obtenido con Tierazon.
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