Lo hago para ponerme ante mí. Para recoger ese reguero del alma que se destila en cada uno mis intentos.
Uso estos muros de lamentos porque quiero mirarme de nuevo en ellos.
Son espejos en los que veo mi reflejo.
Los ventilo a la mirada otra, con descaro y osadía.
Me escondo.
Me meto dentro de mi concha.
Me sumerjo entre voces que aúnan la ola batiente.
Pongo oído atento a esta pantalla que tengo ante mí
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