15 feb 2009

¡Nunca fui!

Has tirado de mí cruelmente, sin darme respiro.
Has herido con tu daga mi destino plácido.
Has roto a pedazos la quietud de mi alma.

Te has tomado el tiempo necesario para darme caza.

Soy la cierva enmarañada en la zarza.

Has venido cauteloso a mi zaga.

En silencio engañoso.

He visto tus tretas y he sabido que en ellas caería.

Así ha sido.

Triunfante harás alardes de tus triunfos.

Temerosa esconderé las ganas.

Sabrás que, aún queriendo, la negación será el tanto.

Simplemente verás que eludo la mirada y bajo la frente.

Estaré pendiente de tus pasos.
Buscaré tu rastro.
Seguiré cada uno de los arcos de tu sombra almidonada.

Y quizás mañana olvidaré el impulso que me tiene ahogada.
Ella vendrá a llamarme al reclamo del momento que da su fin.
Ella mirará de soslayo sabiendo que me he negado.
Ella recriminará con un gesto y yo encogiendo los hombros la seguiré.

Dirán quienes no saben, que fui cauta.
Dirán arrogándose un saber que desconocen.
Atribuirán lo que no es.
Se darán golpes en el pecho.
Creerán saber.

Ignorantes seguirán creyendo que viví una vida buena.
Cantaran mis preces y leerán salmos de alabanza.

Así, hasta que un buen día abran mis secretos, si dan con ellos.
Entonces me tirarán al barro y dirán que ya se veía venir.
Juzgaran con saña.
Encenderán la hoguera y en ella quemaran los ecos de mis letras.

¡Nunca fui!
Eso será así.

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Confieso que…

  Sé Que no eres mía Que no soy tuya Me valgo y basto Quiero Estar contigo Ser contigo Iluminas Sin ti  La tormenta se avecina