Ausente de mí.
Por allí ando.
¿Cómo pude advertir que sería así?
Presagios en mi morada lo delataban.
Ahora quisiera lanzar la soga y de ella tirar, sacando del hondo pozo de mi alma lo que me tiene allí atorada.
Imprevisible, se ha posado oscuro y agorero el desánimo.
Aún quedan arrestos para testificar en este lastre que quiero liberar a las aguas de un mar imaginario, para que se acerque a la orilla de mi desesperanza y la desarme.
La mente se despliega en posibilidades, pero la triste semblanza no se va.
Volveré a descontar con cuentas sueltas por engarzar.
Pasaré las ristras del tiempo en mi recuerdo de noedad.
Visitaré los oscuros aposentos en que habito con afán de descorrer las cortinas de las ventanas clausuradas.
Lo haré para salvarme de otro mal.
El que rompe los diques de la cordura y nos hace navegar a la deriva.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Depresión
Depresión A lo largo de mi vida he sufrido de esa lacra. Un estado del que me alejo cuando lo veo venir. Mi cuerpo se ha defendido como ha...
-
De qué te sirven las alas, si te arrastras. Ángel caído, en arenas movedizas, por hacer frente a la mentira. Palabra herida. Buscas salida. ...
-
Soledad Lo peor de la soledad es la compañía que se tienen los demás. Esas voces jocosas que traspasan paredes. Esa fiesta iluminada que pr...
-
Siento el límite. Advierto y sé que no está a mi alcance. Creí. Pensé que podría. No ha sido así. Me conformo. No era para mí.
describes sensaciones tan comunes a los seres humanos que tus versos se hacen universales. Un saludo de claudia
ResponderEliminar