Este febrero se oculta a mis propósitos primeros.
No es ausencia, es presencia eludida.
Lleva abierto algunos días y no me ofrece alternativas.
Cada instante parece que se repita.
Lo parece, porque el proceso decadente está siempre presente.
Un domingo, y por la tarde.
Cantinelas deportivas y silencios abstraídos en cada uno de nuestros espacios.
En un mismo entorno y algún intento comunicativo.
No es la misma situación que podría darse sin estar tú.
En ese caso, el entorno cambia y se transforma en otro.
El cuerpo pierde equilibrio, cuando la ausencia de ti insiste en su condición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario